Las empresas turísticas, principalmente los hoteles, deben rediseñar sus esquemas de gestión de los recursos humanos para fortalecer el trabajo en equipo, la concienciación y el lograr acuerdos sobre jornadas especiales, planteó el pasado presidente de Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (ASONAHORES) y la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe (CHATA), Enrique De Marchena Kaluche.

El abogado experto en temas turísticos intervino en el encuentro de ASONAHORES para analizar el nuevo ambiente laboral en el sector turismo, donde comentó la ponencia presentada por Tomás Hernández Metz.

De Marchena elogió el constante esfuerzo de ASONAHORES durante el proceso de la pandemia para impulsar la recuperación del turismo; y destacó la labor realizada y las medidas adoptadas por el presidente Luis Abinader y los ministros David Collado (Turismo) y Luis Miguel Decamps (Trabajo) para devolver el dinamismo al sector.  A continuación, una transcripción del comentario del licenciado Marchena.

Desafíos de las condiciones laborales en el sector turístico desde el ámbito contractual, estacionalidad y jornadas de trabajo

Con las medidas adoptadas por el Gobierno para toda la población dominicana como consecuencia de la pandemia global Covid-19 en marzo del 2020, los principales sectores económicos del país fueron duramente golpeados y uno de los más afectados resultó ser el sector de viajes y turismo. Usando la terminología del Código de Trabajo, “nos quedamos sin materia prima”.

La pandemia mundial obligó al país -de manera abrupta y sorpresiva- a lidiar con desafíos no solo inmediatos, por demás, urgentes. En el ámbito económico-laboral, algunos de ellos fueron y aun muchos son:

  • Declaratoria de Estado de Emergencia.
  • Paralización total-temporal de todas las operaciones.
  • Cierre de fronteras – Cancelaciones de vuelos y reservas.
  • Aplicación de toque de queda.
  • Falta de pago por parte de los turoperadores causando un desequilibrio financiero, tratándose además de servicio ya prestados y no pagados.
  • Desaparición de turoperadores.
  • Cierre temporal y en algunos casos definitivo de hoteles y restaurantes, entre otros.
  • Suspensiones forzosas de miles de contratos de trabajo.
  • Suspensiones de mutuo acuerdo con los empleados.
  • Pago de vacaciones.
  • Reducción de personal.
  • Terminaciones de contratos de trabajo, lo que fue de gran impacto para la sociedad civil y para el propio sector por el pasivo laboral que implicó.
  • Dialogo con los sindicatos, no siempre propensos al mismo.

Aplicación de medidas económicas por parte de las empresas para apoyar a los empleados.

  • Creación de mecanismos legales por parte del Estado para aplicar las suspensiones de contratos de trabajo y extender su período. Virtualidad-Sistema Sirla-Suspensiones en línea.
  • Creación de medidas económicas por parte del Estado en apoyo “del empleo”, con la creación del Programa FASE.
  • Creación de medidas sanitarias y su modalidad rigurosa de aplicación.
  • Teletrabajo – Alto Riesgo-Embarazadas-Envejecientes.
  • Inducción a los trabajadores para la aplicación de las medidas sanitarias.
  • Proceso de vacunación del personal.
  • Reintegro equilibrado de personal suspendido ajustado a la necesidad de las operaciones.
  • Aplicación forzosa de nuevas modalidades de mercadeo y venta de servicios. Reducción de precios-clientes nacionales.
  • Suscripción de acuerdos de pago con proveedores de servicios y contratistas.
  • Desaparición de proveedores de servicios y contratistas.
  • Apertura lenta de las operaciones. Falta de materia prima.
  • Demandas laborales y comerciales.

Podemos decir que esto es una radiografía, un repaso en breves palabras de los que han sido –y de los que aún son- los principales desafíos que enfrento y enfrenta aun el sector de viajes y turismo.

A los efectos del Covid, sumado a los esfuerzos para lograr que los turistas retomen la confianza de salir a disfrutar de unas vacaciones con prudencia y tomando las medidas sanitarias de rigor,  esa lenta apertura de las operaciones se le agrega el luchar con el tema de la estacionalidad; a lo que llamamos temporada baja -el tiempo de las vacas flacas-, en la que el sector enfrenta una merma en la visita de miles de turistas y en las tarifas que pagan creando un impacto económico, en estos momentos, adicional, en las operaciones y de sus empleados quienes también reducen sus ingresos.

Lo anterior nos ha llevado a recomendar a nuestros clientes en el sector, sobre todo de la hospitalidad, a que rediseñen e inicien un trabajo de concienciación con los empleados; de trabajo en equipo, esfuerzo en conjunto, aplicando de mutuo acuerdo jornadas especiales de trabajo, ya que en muchos hoteles, las ocupaciones solo se veían y aun se ven incrementadas más allá del punto de equilibrio, solo los fines de semanas, con la incorporación de turistas nacionales ya que la entrada de turistas extranjeros al país es aún limitada, debido a las restricciones de viajes de algunos de los principales mercados emisores para la Republica Dominicana, como es el caso de Canadá, Italia, Francia, Alemania, entre otros. En esta modalidad de ocupación no es necesario tener la planilla completa de los trabajadores los primeros días de la semana con los hoteles vacíos.  

Sin embargo, el sector se ha venido recuperando y la apuesta es a la temporada alta que se avecina, 2021-2022, en la cual el sector tiene puestas altas expectativas, un esfuerzo en conjunto empresa-empleomaníaser eficientes, brindando siempre la confianza al turista y cumpliendo AL 100% con las medidas sanitarias dispuestas por el Estado.

Concluyendo mis palabras debo de citar el Informe anual de impacto económico del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) que indica que la pandemia supuso un golpe de 33.900 millones de dólares en ingresos perdidos para el sector de los viajes y el turismo del Caribe, lo que redujo la contribución del sector al PIB en un 58%, más que la media mundial. Se perdieron unos 680.000 puestos de trabajo relacionados con el turismo, lo que representa casi una cuarta parte de todos los empleos del sector.

Según ForwardKeys, socio de datos de la CHTA, el Caribe superó a sus homólogos mundiales en términos de llegadas internacionales en julio de 2021 en relación con julio de 2019, experimentando un descenso general del 13,2 por ciento en comparación con otras regiones, que sufrieron pérdidas que oscilaron entre el 21 por ciento (América Central) y el 85,5 por ciento (Asia Pacífico). Las Islas Vírgenes de Estados Unidos y Puerto Rico fueron los destinos caribeños con mejor rendimiento, con un aumento de las llegadas del 106,3% y del 39,7%, respectivamente.

Como indicaré Vanessa Ledesma, Directora General en funciones de la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe (CHTA),  “para que el sector turístico y hotelero de la región experimente una sólida recuperación, es necesario un mayor apoyo gubernamental para hacer frente a los crecientes gastos operativos, junto con una comunicación y unas relaciones públicas eficaces, un fuerte enfoque en la salud y la seguridad, un compromiso para invertir en los recursos humanos de la región, la asociación y la colaboración, y la mejora de la eficiencia”.

Finalmente, no puedo dejar de resaltar y agradecer el constante y arduo esfuerzo de ASONAHORES, institución que ha puesto su cuerpo y su alma al servicio del sector turismo y de todos sus miembros, desde el día 1 de la aparición del Covid-19 en nuestro país, institución que vela por el bienestar de todo el sector turismo de la República Dominicana.

También agradecer al Estado Dominicano, dirigido por nuestro Presidente, Luis Abinader y los Ministros de Turismo, David Collado, y de Trabajo, Luis Miguel De Camps, por todos sus esfuerzos y por las medidas tomadas para preservar e impulsar el más dinámico sector de la economía dominicana.

¡Muchas gracias!


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