Con una guerra como telón de fondo, una inflación disparada como protagonista y tasas de interés escalando a toda velocidad como trama, la película que retrata América Latina parece ser compleja. A pesar de que los mercados financieros de la región mostraron resiliencia a principios de año, la situación se endureció en abril, algo que cambió la proyección de crecimiento económico.

Al igual que en el resto del mundo, la dinámica inflacionaria en América Latina y el Caribe se ha acelerado, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esto se agrava debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que abrió una nueva fuente de incertidumbre para la economía global y está afectando negativamente el crecimiento general.

En su más reciente informe, el Banco Mundial prevé que el desarrollo regional se desacelerará marcadamente hasta llegar al 2.5% en 2022, luego de un repunte posterior a la pandemia del 6.7% en 2021. Aunque sea una proyección “negativa”, luce “mejor” que lo pronosticado hace unos meses, cuando la posicionó en un 2.3% en para este año.

Con esa perspectiva, se esperaba que el producto interno bruto (PIB) regional creciera un 2.2% más en 2023, sin embargo, ahora el crecimiento se desacelerará aún más a solo un 1.9%, antes de repuntar ligeramente a un 2.4% en 2024. Estos resultados se posicionan entre los más bajos del mundo, advierte la entidad.

Inflación

La guerra entre Rusia y Ucrania, además de provocar un menor crecimiento esperado para las economías de América Latina y el Caribe, provocará una lenta recuperación del empleo y una mayor inflación. Esta última aumentó por encima de las metas de los bancos centrales en muchos países.

Las medidas generales para enfrentar la inflación, así como los precios de los alimentos y los combustibles, se aceleraron. A marzo de 2022 se estima que la inflación regional fue de 7.5%, y de acuerdo con la CEPAL, muchas entidades financieras de la región anticipan que se mantendrá elevada en lo que resta de año.

En respuesta, las autoridades monetarias subieron las tasas de interés en muchos casos, y se indicó que se producirán nuevos incrementos. En el caso de República Dominicana, expertos explican que no es motivo de preocupación. La política monetaria de los bancos centrales de la región se tornó más restrictiva y en algunos países alcanzó niveles similares a los observados 2017.

Crecimiento

A pesar de los pronósticos, Panamá (con un crecimiento proyectado de 6.3%), Colombia y República Dominicana son los tres países con las mejores perspectivas de aumento del PIB para este año, según el Banco Mundial. Por su parte, para la Cepal, la media isla será la segunda nación con mayor crecimiento en el 2022, alcanzando los 5.3%.

Los menos favorecidos son México y Chile (ambos con un crecimiento estimado de solo 1.7%), seguidos por Brasil y Paraguay, mientras que Haití es el único país de la región que tendría una contracción económica de -0.4%.

Según las más recientes estimaciones entregadas por la Cepal, se prevé un crecimiento promedio de 1.8% para la región. Las economías de América del Sur crecerán 1.5%, las de América Central más México un 2.3%, y las del Caribe crecerían un 4.7% (excluyendo Guyana).

Esto se debería a que los precios de las principales exportaciones de América Latina y el Caribe serán sustancialmente más altos en 2022. Es decir, los ingresos de exportación y la situación fiscal de algunos países productores de insumos básicos regionales se están beneficiando, pero los efectos económicos positivos se verán contrarrestados por el aumento de los precios al consumidor y el incremento de las tasas de interés tanto nacional como mundial.

También se suma que las políticas fiscales y monetarias se basarán ampliamente en el crecimiento a corto plazo, a medida que las autoridades monetarias restringen las políticas para combatir la inflación y continúe la retirada del apoyo fiscal relacionado con la pandemia.

El Banco Mundial agrega, además, que una respuesta lenta de la producción de algunos productos básicos y el acrecentamiento de los costos de la energía y los fertilizantes, también afectarían el crecimiento de la región. La Cepal por su parte, alerta sobre un crecimiento más lento de lo esperado en los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe. Esto debilitaría aún más las perspectivas regionales.

A todo lo anterior se suma la escasez mundial de fertilizantes vinculada a la guerra de Ucrania que, como advierte el Banco Mundial, provocará un aumento de los precios de los alimentos.

También está el hecho de que la inflación podría permanecer por encima de lo establecido, lo que requeriría un endurecimiento monetario más rápido, y podría desencadenar una desaceleración regional aún más pronunciada.


Fuente:

El Dinero

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