Luego de varios años de estrategias de intervención, el proteccionismo y la lucha por la preservación de mercados, que desaceleraron la dinámica del comercio internacional, la gran mayoría los países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC), alcanzaron un principio de acuerdo para resucitar la llamada “Ronda de Doha”. El borrador redactado, tras cuatro días de deliberaciones, sentó las bases del primer acuerdo comercial multilateral en 20 años, luego de la creación de la OMC, que significaba retomar las negociaciones para establecer nuevas reglas al intercambio entre los países. En su discurso, el Director General de la OMC, Roberto Azevedo, expresó que “El trabajo acaba de comenzar y tenemos la oportunidad de hacer del 2014 el año en que la ronda de Doha se vuelva a poner en marcha”. Muchos países en desarrollo se enfrentan con graves problemas de endeudamiento externo y han atravesado crisis financieras.
En el caso de República Dominicana el monto total de la deuda pública en la actualidad asciende a la suma de veintidós mil quinientos ochenta dolares con nueve centavos (US$22,580.9), lo que representa el 37.5% del Producto Interno Bruto (PIB), según publicaciones del portal de la Dirección General de Crédito Público, dependencia del Ministerio de Hacienda. Las pequeñas economías se enfrentan con problemas específicos en su participación en el comercio mundial, por ejemplo, la falta de economías de escala o las limitaciones en materia de recursos naturales. Los mercados emergentes que se encuentran en un proceso de adopción de productos y servicios y las innovaciones en tecnologías de productos y plataformas. Dentro del marco de la OMC, precisamente, sobre fines de año 2013, los 159 países Miembros lograron un acuerdo en la Novena Conferencia Ministerial en Bali, Indonesia, el cual fue denominado “Paquete de Bali”, para reactivar las negociaciones de la Ronda de Doha y avanzar en la liberalización del comercio internacional.
Ahora bien, ¿qué nos trae este paquete?, Nos trae un acuerdo de Facilitación de Comercio con miras a agilizar el movimiento y el despacho de aduanas de las mercancías, incluidas las mercancías en tránsito, en que los países en desarrollo pretenden lograr reducciones arancelarias importantes; constitución de existencias públicas para la seguridad alimentaria, como la Agricultura; seguimiento y revisión de temas relacionados con azúcar, algodón y lácteos y todas las medidas relativas a la exportación (como las subvenciones) que tienen efecto equivalente a algún tipo de ayuda sumamente proteccionista y importantes efectos de distorsión en el comercio. Luego de casi 20 años, la OMC continúa promoviendo la apertura comercial, esto no tan solo beneficia a la República Dominicana, sino a muchos de los países en desarrollo.
El embajador dominicano ante la OMC, Lic. Luis Manuel Piantini, explicó que los beneficios de República Dominicana son diversos, también aclaró que: “logramos no ser afectados por la propuesta del G20 o grupo de exportadores netos de alimentos de la OMC, ya que se nos aplica el Trato Especial y Diferenciado”, es decir, derechos especiales que se le otorgan a los países en desarrollo. Dentro de estos beneficios están: períodos más largos para la aplicación de los Acuerdos y compromisos, medidas para aumentar las oportunidades comerciales, entre otros, creando así un sistema de comercio internacional justo y equitativo, tanto a países industrializados como países en desarrollo.
Manuel Del Rosario
Asociado Junior
DMK Abogados-Central Law