Las relaciones bilaterales de República Dominicana con los Estados Unidos han ido a la par de la historia dominicana y, a pesar de las intervenciones militares de los años 1916-1924 y 1965, son sólidas y tienen muchos campos en los que pueden reforzarse.

Al citar las áreas que permiten reforzar las relaciones bilaterales de ambos países, los exembajadores en Estados Unidos Bernardo Vega y Flavio Darío Espinal coinciden al afirmar que entre ellas están el comercio, la inversión extranjera, el turismo y las remesas.

Entrevistados por separado en torno a cómo podrían ser las relaciones bilaterales dentro de cinco años, los exdiplomáticos señalan que otra gran oportunidad para el país es el nearshoring (acercar la producción), gracias al que las inversiones norteamericanas en China se están moviendo a los países más cercanos a Estados Unidos.

Vega y Espinal entienden además que la capacidad de producción para la exportación hacia Estados Unidos debe ser cada vez más tecnificada para que se incorporen nuevos productos que suplan la cadena exportadora. Destacan que se ha avanzado incorporando nuevos productos porque ya no predominan los calzados y los textiles, sino los dispositivos médicos y los productos electrónicos. Sin embargo, creen que se puede ir más lejos orientándose hacia la alta tecnología.

Áreas de oportunidades

Vega tiene muy claro que la economía dominicana se convierte cada día más en una economía de servicios. Por ello, indica que la agenda bilateral se concentrará más en el área de servicios, el turismo y las remesas.

Vega también estima que el país puede convertirse en un centro financiero y de alta tecnología. Y es que, tras la pandemia y con el trabajo remoto, se puede promover que los norteamericanos vengan a trabajar desde una playa en el Caribe.

Cielos abiertos es otro tema que, sostiene, será importante. “Eso viene del año 97. Me acuerdo que siendo yo embajador, los americanos propusieron un acuerdo de cielos abiertos y un funcionario de la embajada norteamericana aquí cometió el error de decir que eso requería aprobación congresional”, recuerda.

En torno a nuevos renglones de inversión, Vega resalta que existen oportunidades en el área del turismo y que, al igual que en México y Costa Rica, se debe enfatizar más el turismo médico y que los estadounidenses vengan a recibir tratamiento médico y también a vivir en su retiro.

La diáspora, a su juicio, debería ser un tema más importante: debe jugar un papel político más relevante para influir sobre el Poder Legislativo y la Casa Blanca en beneficio del país. Pone como ejemplo a las diásporas cubana y haitiana puesto que, asegura, tienen más influencia allá.

En cuanto al medio ambiente, que es otro tema actual, cree que el país debe mirar lo que está sucediendo en el mundo, con los calores infernales de Europa y Norteamérica. La parte positiva de ello es que cada vez más turistas vienen hacia acá, dice, por lo que debe tomarse en cuenta el desgaste de las playas y el sargazo.

Relaciones dinámicas

Flavio Darío Espinal cree que en el futuro las características de la relación comercial con Estados Unidos van a perdurar porque es la relación bilateral más importante de la República Dominicana. No visualiza, en ese sentido, que ningún otro país pueda ocupar ese lugar.

Eso no quiere decir, apunta Espinal, que las relaciones vayan a ser estáticas: se dinamizarán aunque permanezcan vigentes los ejes de las relaciones económicas, que giran en torno al comercio, las remesas producto de la migración, la inversión y el turismo.

Al hablar de la migración, recordó que Estados Unidos es el destino principal de los dominicanos y afirma que lo seguirá siendo. Se trata, para él, de un proceso irreversible porque cuando se asientan las comunidades son autosostenibles, además son un imán para atraer a los familiares y relacionados. Esa migración, sostiene, es una fuente de ingresos para la República Dominicana a través de las remesas, que rondan los US$10 mil millones al año.

Tras destacar que el turismo americano se ha convertido en la fuente principal de turistas para la República Dominicana, Espinal visualiza que en la medida en que la infraestructura turística dominicana se hace más sofisticada aumentarán los turistas y se consolidará la inversión extranjera.

Por otro lado, Espinal propone que Estados Unidos fortalezca los programas de becas para estudios de postgrado, maestrías y doctorados, así como los de asistencia para el desarrollo de las capacidades productivas de las industrias de manera que puedan ser más sofisticadas, más elevadas.

Sobre el DR-Cafta

Los Estados Unidos es el socio comercial más importante de la República Dominicana: el año pasado fue el destino del 56% de las mercancías exportadas por el país, por un valor de US$6,936 millones.

Al compararlo con el año 2021, el monto de los productos exportados se incrementó en un 6.4%, con US$418.2 millones más.

Ambos países son signatarios del Acuerdo de Libre Comercio República Dominicana-Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA) o TLC, que fue firmado el 5 de agosto del 2004 en Washington, El acuerdo entraría en vigor para la República Dominicana el 1 marzo del año 2007.

Para Espinal, aunque en Estados Unidos se está gestando un nacionalismo económico que empezó en la administración Trump, el tratado no desaparecerá. Vega se va un poco más lejos y señala que no se modificará porque requiere la aprobación de los países centroamericanos que forman parte del acuerdo y a ellos no les interesa ese tema.

Tras recordar que el TLC consolidó la relación entre los dos países, Espinal apuntó que la hace recíproca y eso plantea un desafío para la República Dominicana cuando se dé la apertura completa de nuestro mercado hacia la producción de Estados Unidos.

Y es que, indica Espinal, hay productos que pueden atentar contra la producción local, especialmente en el campo agrícola, porque la producción agrícola de los Estados Unidos en muchos renglones está subsidiada por el gobierno federal.

En cuanto al asunto más puntal, el del arroz que entrará libre de impuestos en el 2025, Vega entiende que ante las alzas del precio internacional los productores eficientes podrán competir pero los pequeños, los de la reforma agraria, no.

Las tensiones

En cuanto a las posibles tensiones que puedan existir con los Estados Unidos, Espinal entiende que el tema de la seguridad estará muy presente porque es prioritario para todos los países de la región, incluyendo la República Dominicana. Eso incluye el narcotráfico, el tráfico de armas, el crimen transnacional y el impacto de todo ello en el aumento de la criminalidad.

Otro factor de tensión será la presencia de China. En torno a ello, Espinal explica que Estados Unidos fue muy exitoso usando la doctrina Monroe para evitar que vinieran las potencias europeas a la región y posteriormente conteniendo a la Unión Soviética pero ahora tendrá que aprender a coexistir con la realidad China.

Vega también coincide con el tema y, tras resaltar que China intenta tener mayor influencia en el Caribe, agrega otra preocupación: que Donald Trump gane las elecciones de Estados Unidos. “Él va a ser más contra inmigración, más a favor de la protección y en contra del libre comercio. No le veo ningún interés en ayudar a Haití. Es decir, serían las relaciones bilaterales problemáticas, como lo fue durante los cuatro años que fue presidente”, dice Vega convencido de que será dar un paso atrás en la medida en que la política migratoria será más restrictiva y se reducirá el libre comercio.

Al hablar de la situación de Haití, Espinal sostiene que la indiferencia de Estados Unidos puede crear algún tipo de fisura en la relación con República Dominicana que está pidiendo la ayuda. Lamenta que la comunidad internacional no entienda que para el país es muy apremiante resolver esa situación.

Vega entiende que, sobre todo por su fracaso en Afganistán, Estados Unidos no quiere encabezar una fuerza en Haití y menos en un periodo preelectoral. Sin embargo, imagina que estaría dispuesto a dar apoyo técnico, económico y logístico, es decir, desde aquí en la República Dominicana.


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