Es por eso que se requiere que los acuerdos se elaboren y aprueben con el debido cuidado. Recordó que los países ceden en cierto modo parte de su soberanía cuando deciden firmar cualquier acuerdo internacional. Mencionó, en ese sentido, los acuerdos de comercio internacional suscritos por el país con Estados Unidos, Europa, Centroamérica y la Comunidad del Caribe, los cuales son un ejemplo de este tipo de pacto. Existen puntos en los que generalmente las empresas y los países incurren en divergencias. El más recurrente es la intervención o expropiación del sector público a bienes privados. Este es uno de los principales temores de los inversores internacionales.
“Una es la obligación de ejercer su soberanía regulatoria, ajustarse a sus normas, emitir nuevas, aplicar sus rubros regulatorios, es decir, otorgando y revocando licencias, expropiando propiedades, pero apegados a las normas”, resalta. Este aspecto del ejercicio de la soberanía está vinculado a una segunda responsabilidad del país receptor. Se trata de la protección de la inversión extranjera. Los países deben estar conscientes que su soberanía termina cuando inician los acuerdos internacionales. Es por ello que deben ser cuidadosos a la hora de suscribirse. Si un Estado ejerce el poder en su territorio de forma equivocada, sufre el descrédito y la pérdida de nuevas inversiones.
Fuente: Listín Diario