La estructuración de deuda o de pasivos son términos utilizados apara definir el proceso que se realiza cuando un deudor (sea una persona física o una empresa) no está en condiciones de honrar los compromisos contraídos con acreedores y suplidores. Generalmente la reestructuración se produce vía un acuerdo que establece nuevas condiciones en el pago y el tipo de interés de la deuda vigente, entre otras medidas.

En nuestro país as disposiciones que permiten llegar a un acuerdo de reestructuración están contenidas en la Ley No. 141-15, “De reestructuración y Liquidación de Empresas y Personas Físicas Comerciantes” (simplificada en lo adelante por las siglas RM) y en el Decreto No. 20-111777 que puso en vigor el reglamento para la aplicación de la Ley.

¿Qué ha cambiado entonces?

Antes de la ley de RM, la legislación dominicana contemplaba únicamente la quiebra de la empresa  o la liquidación mediante un procedimiento que efectuaba la venta de todos los activos de la empresa bajo la supervisión de un tribunal, y si no se obtenía suficiente dinero para finiquitar todas las deudas, los acreedores y proveedores debían asumir la perdida de manera total o parcial, salvo que existiera una garantía separada.

“La Ley de RM ha convertido la reestructuración en regla y la liquidación en excepción” y es por ello que además de perseguir el establecimiento de nuevas condiciones en el pago y renegociación del tipo de interés de la deuda de un determinado agente económico, dispone de un proceso tendente a “recuperar el valor de la compañía” para que los acreedores y proveedores obtengan el pago de sus créditos, los trabajadores sigan laborando, y el Estado perciba ingresos vía impuestos.

Además la legislación ha dispuesto la intervención de profesionales capacitados en la materia para actuar como conciliadores, verificadores y que se intente un proceso de reestructuración para que solo en el escenario de que la empresa no logre superar las dificultades económicas intervenga un liquidador. Todos estos profesionales deberán estar inscritos en la Cámara de Comercio y contar con una sólida preparación ya que su ayuda será vital para implementar planes que culminen con procesos de reestructuración exitosos.

¿Cómo se inicia un proceso de reestructuración?

Puede iniciar por un acuerdo entre las partes (deudor y acreedor) o por una instancia unilateral de un acreedor con calidad según las disposiciones de la Ley.

El proceso de reestructuración debe ser requerido al Tribunal de Restructuración y Liquidación competente y una vez sea recibida la solicitud el Tribunal debe ordenar la designación de un Verificador, que será una persona física debidamente autorizada para dichas funciones cuyo objetivo será informar al Tribunal la situación financiera del deudor.

Cuando sea producto de un acuerdo previo entre los acreedores y el deudor, el Plan es presentado para consideración del Tribunal y si es aceptado será el mismo efecto que la reestructuración ordenada por el Tribunal.

Si el Tribunal acoge el proceso de restructuración se pasa a la fase de conciliación y negociación y ahí interviene un Conciliador designado por el mismo Tribunal de los registros a estos fines y se toman todas las medidas necesarias para que pueda funcionar el negocio,  incluyendo pero no limitando a la autorización de nuevos financiamientos que aseguren la continuidad de las operaciones. La Ley de RM además contiene disposiciones que salvaguardan los contratos convenidos por el deudor así como las relaciones con los trabajadores y disposiciones especiales relativas a los procesos judiciales o administrativos internacionales de reestructuración o liquidación.

Finalizando un proceso de RM el deudor, el conciliador o cualquier acreedor con calidad puede solicitar la terminación del mismo y si por alguna razón resulta inviable la empresa entonces interviene un liquidador judicial. La conversión o terminación no ocurre de manera automática sino mediante sentencia del tribunal competente.

El beneficio de acompañarse

Quiero cerrar diciendo que obviamente la Ley de Reestructuración Mercantil constituye una herramienta eficaz, que usada a conciencia puede ser beneficiosa para la empresa o para la persona física comerciante, tomando siempre en cuanta cada proceso (workouts) es en cierta forma único y está sujeto a las particularidades del tipo de negocio que se busca reestructurar.

No obstante, en todos los procesos deben participar un conjunto de asesores legales y financieros que junto a los directivos de la empresa definan una estrategia que optimice las condiciones de la deuda existente, a la vez que ayude a identificar propuestas generadoras de valor para el negocio.

También que es necesario que los asesores le acompañe durante las negociaciones con sus acreedores para estructurar un acuerdo y un plan de negocio que contenga una propuesta de refinanciación atractiva a la banca, y a la vez sea equitativa para las diferentes partes interesadas o “steakholders” (proveedores, empleados etc.…). Adicionalmente es imprescindible que la reestructuración no se inicie cuando sea demasiado tarde y la deuda haya alcanzado un nivel de impago que sea imposible implementar un plan creíble.

En palabras simples un plan de reestructuración solo tendrá éxito si además del pasivo se produce una estructuración del negocio en sí.

Fuente: El Mercantil[:en]

Debt or liability restructuring are terms used to define the process when a debtor (whether and individual or an entity) is not capable of honoring commitments with his creditors or suppliers. In general, restructuring comes about through an agreement that sets forth new payments terms and types of interest to be applied to the debt, among other measures.

In our country the provisions allowing one to reach a restructuring agreement are to be found in the “Restructuring and Liquidation of Companies and Individual Traders Act No. 141-15” and Decree No. 20-17, which brought into force the application regulations for the Act.

So what has changed?

Before the Commercial Restructuring Act, Dominican legislation only foresaw the bankruptcy or liquidation of a company through the sale of all the company´s assets under the supervision of a court and if the money from this sale was not enough to pay off all the debts, the creditors and suppliers had to absorb partial or total loss, unless there was a separate guarantee.

“The Restructuring Act made restructuring the rule and liquidation the exception” and that is why, not only is it aimed at establishing new payment terms and renegotiating interest rates with a particular economic agent, it also provides for a process aimed at “recovering the value of the company” so that creditors and suppliers recover outstanding payments, employees continue working and the State earns revenue through taxes.

The law also provides for professionals specialized in the field to intervene, acting as conciliators and assessors, in an attempt to overcome the company´s economic difficulties so that liquidation only comes about in the worst case scenario. These professionals must be registered with the Chamber of Commerce and must have a solid background given that their help will be vital to implementing plans leading to the successful restructure of the company.

How does the restructuring process begin?

It can begin with an agreement between the parties (the debtor and the creditor) or by a unilateral motion filed by a legitimate creditor, as provided in the law.

The restructuring process must be sought from the competent Restructuring and Liquidation Tribunal. Once the Court receives the application it must order the nomination of an Inspector, someone fully authorized to carry out said functions and whose purpose is to report to the Court on the financial situation of the debtor.

Where the creditors and the debtor have come to a prior agreement, their Plan is submitted to the Court for consideration and, if accepted, it will have the same effect as a court ordered restructuring.

If the Court takes on the restructuring process, then the conciliation and negotiation phase begins and a registered conciliator is appointed by that Court and all necessary measures are taken to enable the business to operate, including but not limited to authorizing new financing to ensure the continuity of operations.

Towards the end of a Restructuring, the debtor, the conciliator or any legitimate creditor can ask that it be terminated and, if for any reason, the company turns out to be non-viable, then a court appoints a liquidator.  Conversion or termination is ordered by the competent court and not automatic.

The benefits

I would like to conclude by saying that the Commercial Restructuring Act is an efficient tool which, if used wisely, can benefit companies or individual traders, bearing in mind that each process is in a certain sense unique and is subject to the particularities of the type of business one wants to restructure.

Notwithstanding, all processes must involve a group of legal and financial advisors who, together with the company’s directors, define a strategy that optimizes the terms of the existing debt, while helping to identify proposals that create value for the business.

The advisors must also accompany you during negotiations with your creditors in order to structure an agreement and business plan with refinancing proposal that is both attractive to the bank and fair to the various stakeholders (suppliers, employees, etc.). Additionally, it is imperative that restructuring does not start when it´s too late and the debt is so far behind in arrears that it´s impossible to implement a credible plan.

To put it simply, a restructuring plan will only succeed if, in addition to the liability, the business itself becomes structured.

Source: El Mercantil[:]


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