La economía de la República Dominicana ha sido una de las más dinámicas y resilientes del continente americano en las últimas dos décadas, experimentando una notable recuperación tras la pandemia respaldada tanto por las sólidas políticas adoptadas por las autoridades como por efectos secundarios positivos de la economía mundial.

La fuerte recuperación empezó a moderarse a finales de 2022 como consecuencia de las condiciones financieras más restrictivas, la menor demanda global y el retiro apropiado y oportuno de las políticas de estímulo, que han contribuido a la convergencia de la inflación hacia su meta.

La actividad económica se expandió en 4.9 % liderada por los sectores de servicios y manufactura, mientras que la actividad del sector de construcción se moderó en respuesta a aumento de costos y condiciones financieras más restrictivas y la actividad minera disminuyó debido a problemas temporales de capacidad. La inflación ha estado convergiendo rápidamente hacia su meta disminuyendo de su nivel pico de 9.6 % en abril de 2022 a 4.4 % en mayo de 2023.

El déficit de cuenta corriente se amplió a 5.6 % del PIB en 2022 debido a la moderación de las exportaciones de bienes, el encarecimiento de las materias primas y la continua recuperación de la demanda interna, y se financió en su mayor parte con flujos de Inversión Extranjera Directa (IED).

Sector financiero

Pese al reciente endurecimiento de las condiciones financieras mundiales e internas, el sector financiero presenta niveles adecuados de capitalización, liquidez y rentabilidad.

Gracias a las políticas y fundamentos económicos sólidos, las perspectivas económicas son favorables, pero están sujetas a un alto grado de incertidumbre, principalmente global. Se proyecta que el crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB) se desacelere levemente a alrededor del 4 % en 2023 debido a los efectos rezagados de las condiciones financieras restrictivas y menor demanda global, facilitando así el retorno de la inflación a la meta fijada por el banco central.

Se prevé, sin embargo, que en 2024 el crecimiento vuelva a situarse en torno al nivel potencial conforme se suavizan las condiciones financieras globales y se recupera el crecimiento mundial.

La posición externa es sostenible y el déficit en cuenta corriente se proyecta que se reduzca en el mediano plazo a 3.1 % del PIB debido a menores precios de commodities y a mejoras constantes de las exportaciones y de los ingresos por turismo en vista de la recuperación mundial.

Los riesgos a la baja, incluyendo un mayor endurecimiento de las condiciones financieras internacionales y una desaceleración más pronunciada del crecimiento global, dominan las perspectivas a corto plazo, pero son más equilibrados en el mediano plazo.

Evaluación del Directorio Ejecutivo

Los Directores Ejecutivos resaltaron el notable desempeño del crecimiento económico de la República Dominicana en las últimas dos décadas, el cual ha contribuido a una reducción significativa de la pobreza, y acogieron favorablemente las sólidas políticas macroeconómicas implementadas por las autoridades como los sólidos marcos institucionales de política, que han permitido una notable recuperación tras la pandemia.

Los Directores estuvieron de acuerdo que las perspectivas económicas son positivas, pero que los riesgos a la baja dominan en el corto plazo. En este contexto, ellos recomendaros enfocar las políticas de corto plazo en mantener la estabilidad macroeconómica y financiera, así como avanzar con las reformas estructurales para impulsar un crecimiento inclusivo y resiliente.

Los Directores acogieron favorablemente la respuesta de política monetaria, la cual ha ayudado a reducir las presiones inflacionarias y enfatizaron que la misma debería de seguirse calibrando a fin de asegurar que la inflación se mantiene dentro del rango meta en el horizonte de política y que las expectativas de inflación se mantengan ancladas. Ellos enfatizaron la importancia de fortalecer la autonomía del banco central por medio de su recapitalización y de reformas legislativas. Los Directores indicaron que una mayor flexibilidad cambiaria y profundización del mercado cambiario mejorará el mecanismo de transmisión monetaria y ayudará a la economía a enfrentar choques adversos.

Los Directores elogiaron el continuo esfuerzo de las autoridades para poder implementar una sólida ley de responsabilidad fiscal que, junto con mejoras en la administración pública financiera, contribuirán a un uso más transparente y eficiente de los recursos públicos, a anclar la política fiscal, y a mejorar el marco fiscal. Ellos convinieron que la política fiscal debería seguir enfocada en colocar la deuda pública en una trayectoria firme hacia la baja. Con el fin de aumentar los colchones fiscales y crear espacio para el muy necesario gasto social y de infraestructura, los Directores recomendaron que la consolidación fiscal debería apoyarse en reformas tributarias, mejoras adicionales de la administración tributaria y la racionalización del gasto—en particular a través de la implementación del Pacto Eléctrico.

Los Directores acogieron positivamente que el sistema financiero se mantenga resiliente e instaron a que el monitoreo continúe siendo estrecho dadas las condiciones financieras más restrictivas. A fin de fortalecer la estabilidad financiera, los Directores enfatizaron en la necesidad de seguir modernizando el marco regulatorio mediante la implementación de los mejores estándares internacionales para supervisión y regulación y la expansión de las herramientas macro-prudenciales. Ellos también recomendaron continuar fortaleciendo el marco contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo (AML/CFT) e introducir un marco regulatorio prudencial para instituciones financieras no reguladas.

Los Directores elogiaron la ambiciosa agenda de reformas estructurales de las autoridades enfocada en impulsar el crecimiento inclusivo y resiliente a través de la mejora de las instituciones públicas, la gestión de gobierno, educación, y el ambiente de negocios. Alentaron a las autoridades a perseverar con las reformas del sector eléctrico para mejorar su gobernabilidad y eficiencia y pidieron la implementación de políticas de adaptación y mitigación climáticas para seguir reduciendo las vulnerabilidades económicas y financieras. Los Directores acogieron positivamente el interés continuo de las autoridades por asistencia técnica del Fondo, incluyendo una Evaluación de la Gestión de la Inversión Pública y su módulo climático (C-PIMA), y destacaron el interés de las autoridades en un futuro próximo en la Facilidad de Resiliencia y Sostenibilidad.


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