La implementación de un plan que permita alcanzar la visita de 10 millones de turistas en un plazo 10 años, como propuso el presidente electo, Danilo Medina, es sin duda una idea atractiva para impulsar el crecimiento económico del país, pero sería interesante analizar si se trata de una meta realizable y cuáles son los principales retos para la ejecución de una estrategia viable.

El presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe (CHTA), Enrique De Marchena Kaluche, considera que es un compromiso ambicioso, pero posible en la medida en que se creen condiciones para impulsar una nueva oleada de inversiones en el sector.

El experto señala que en el período 1995-2005, que califica como los años de gloria del desarrollo turístico dominicano, hubo un incremento de 1,600,000 en el número de turistas que visitaron el país, al pasar de 1.4 millones de visitantes a más de tres millones en diez años; y se logró que los ingresos por turismo pasaran de US$1,570 millones a US$3,500 millones, para un crecimiento de más de US$1,900 millones.

Según explicó, si se toma en cuenta el crecimiento de los tres indicadores del comportamiento del turismo, que fue 83% el número de habitaciones, 110% el número de visitantes, y un 124% la partida de ingresos en divisas, y se aplica a las cifras registradas en 2011 para un período igual de once años, las habitaciones pasarían de 69,000 a más de 126,000, los visitantes de 4.3 millones a 9 millones y los ingresos proyectados irían de US$4,352 millones a US$9,750 millones. Esa comparación sugiere que si se repiten los logros del período 1995-2005 para los años 2013 al 2022, el país estaría muy cerca de lograr la meta deseada, de 10 millones de turistas al cabo de 10 años, asegura De Marchena Kaluche. Para la creación de un plan de desarrollo turístico decenal, el empresario hotelero platea implementar algunas de las medidas que garantizaron el crecimiento del sector en ese período como el establecimiento de una tasa de cambio real, impulso de la inversión extranjera; aumento paulatino del presupuesto de promoción internacional del país, creación de una nueva generación de hoteles y diversificación de los mercados emisores. “La situación internacional impactó a República Dominicana y al sector turístico nacional. De blindados, nadaÖEl nuevo Gobierno deberá dar señales claras y contundentes de sus deseos de impulsar el desarrollo turístico nacional, creando un adecuado clima para la inversión, fortaleciendo la seguridad jurídica y dotando al país de un programa de desarrollo del sector creíble y lograble”, enfatizó. Señaló que para alcanzar la meta deseada se impone revisar el plan de ordenamiento territorial, a la vez que se establecen las prioridades para un programa de construcción y remodelación de las infraestructuras públicas en las zonas turísticas. “No podemos pensar que traeremos 10 millones de visitantes para confinarlos en los hoteles y complejos. Tenemos que abrirles las puertas del país”, sostuvo De Marchena Kaluche. El director de la Asociación de Hoteleles y Turismo (Asonahores) para la zona Norte, Máximo Iglesias, dijo que es necesario la conclusión de las carreteras que unen a Puerto Plata con Navarrete y con Punta Rucia, que incluso se podría extender a Montecristi por toda la costa, y el arreglo de la carretera turística Puerto Plata-Santiago. Asimismo, señaló la necesidad de trasladar el vertedero que está a la entrada de la ciudad a una localidad más adecuada. En tanto, Juan Bancalari, empresario turístico de Samaná, sostuvo que ese destino está en capacidad, en términos de infraestuctura, para acoger más del doble del flujo de turistas que recibe en la actualidad. Dijo que el mayor requerimiento es de una promoción específica y mejoramiento del entorno urbano. Sugiere reubicar a las familiar que residen a la orilla de las carreteras. Bancalari informó que a partir del 15 de noviembre el aeropuerto El Catey recibirá los primeros vuelos comerciales de la línea Jet Blue desde Nueva York, con dos vuelos a la semana. De Marchena Kaluche dijo que uno de los mayores obstáculos al desarrollo dominicano es la carencia de un suministro de energía eléctrica confiable y a precios razonables, lo que impacta significativamente al sector hotelero. Asimismo, señaló que un plan de desarrollo turístico a diez años debe contar con políticas que equilibren la propuesta de desarrollo turístico con las políticas ambientales, y lograr la integración de las comunidades a la planificación y los beneficios del turismo. NECESIDADES EN PUERTO PLATA Y SAMANÁEnrique De Marchena Kaluche resaltó que el precio de los combustibles de avión ha creado un gran problema de competitividad a República Dominicana. “En Marzo del 2000 el Jet Fuel estaba en US$0.67 y hoy en día cuesta US$3.23, es decir, más de un 400% de incremento. Adicionalmente, en ese período el incremento de los impuestos nacionales al combustible de avión ha sido tan desproporcionado que aviones han tenido que reabastecerse en otros destinos, perdiendo el país ingresos de impuestos y divisas”, precisó. El dirigente del sector hotelero enfatizó que la meta decenal requerirá una triplicación de sector transporte vinculado al turismo, lo que representa una demanda de 2,000 autobuses adicionales; así como duplicar la capacidad de los aeropuertos y mejorar significativamente sus instalaciones y equipos. Considera que el Aeropuerto de Punta Cana requeriría la construcción de una tercera pista.


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