Frank Rainieri presidente del Grupo Puntacana durante su ponencia

Puerto Plata, 19 de abril

El empresario turístico Frank R. Rainieri llamó a la cúpula empresarial dominicana a preservar el medioambiente a favor del ecosistema de “la novia del Atlántico” para reducir el impacto del vertedero de la carretera puertoplateña.

Rainieri, presidente del Grupo Puntacana, fungió como orador invitado del almuerzo empresarial que realizó la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR por sus siglas en inglés), en su extensión regional norte, de la mano del Clúster Turístico del Destino Puerto Plata, en una ponencia titulada “Puerto Plata: hacia un turismo sostenible”, en el hotel Gran Ventana de esta ciudad.

“El sector turístico, además de pedir enérgicamente el traslado del basurero a otro lugar, podría plantearse iniciar un programa de reciclaje que pudiera servir para reducir el volumen del material que va al vertedero”, puntualizó el también pasado presidente de AMCHAMDR, agregando que “nuestro mayor recurso y diferenciador es el sol y la playa”, refiriéndose a las oportunidades que han ofrecido localidades de la costa norte de cara al turismo y que se ven perjudicadas por el amontonamiento de desechos que contaminan directamente la provincia.

En otro orden, Alain Astacio, gerente de relaciones institucionales y comunicación de AMCHAMDR, se dirigió a los presentes manifestando satisfacción ante la reestructuración de la institución dos años atrás, por la que actualmente cuenta con mayor alcance nacional y una membresía más unificada y representada. Es el caso de la provincia de Puerto Plata que pertenece a la división regional norte, la cual es vista como uno de los polos estratégicos del país con relación al turismo, tal como expresó Román Medina, director del comité provincial de AMCHAMDR en Puerto Plata.

Al almuerzo asistieron representantes del sector público y privado de la provincia y del país.

Sobre la Cámara Americana de Comercio en la Republica Dominicana  (AMCHAMRD)

La Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR) es una asociación sin fines de lucro, incorporada legalmente el 8 de noviembre de 1923, que fomenta un clima de inversión saludable basado en el acceso de conocimiento, oportunidades y una cultura de mejores prácticas para el desarrollo socio-económico y profesional de sus socios. AMCHAMDR está afiliada a la U.S. Chamber of Commerce, y es miembro fundador de la Asociación de Cámaras Americanas de Comercio en América Latina (AACCLA por sus siglas en inglés).

AMCHAMDR trabaja una agenda diseñada para conectar y representar a sus socios de nuevas tendencias en el mundo de los negocios, mercados e indicadores, tanto a nivel nacional como internacional. Su catálogo de servicios está diseñado para agregar valor a sus socios ofreciendo soluciones concretas e identificando oportunidades de crecimiento empresarial y profesional.

DISCURSO ALMUERZO DE LA CAMARA AMERICANA DE COMERCIO EN PUERTO PLATA  EL DESARROLLO TURISTICO NOS EXIGE RESPONSABILIDAD AMBIENTAL EMPRESARIAL Y COMUNITARIA

Jueves 19 de abril del 2018

Señores

David Fernández, Presidente de la Cámara Americana de Comercio y otros miembros del Consejo de Directores

Miembros del Comité Provincial de Puerto Plata de AMCHAMDR

Roberto Casoni, Presiente del Clúster Turístico de Puerto Plata

Iván Rivera, Gobernador de Puerto Plata

José Ignacio Paliza, Senador de Puerto Plata

Walter Musa, Síndico de Puerto Plata

Personalidades presentes, amigos todos

Muy buenas tardes.

Con mucho placer acepté esta invitación para intercambiar ideas y reflexiones con el liderazgo turístico de Puerto Plata.

Por razones familiares, mis vínculos con esta ciudad tienen profundas raíces que incluyen un componente emotivo.

Mis abuelos, Isidoro Rainieri y Bianca Franceschini, oriundos de Italia, llegaron a Puerto Plata en 1898; hace ya 120 años y fundaron el primer hotel de la ciudad que se llamó Hotel Comercial, luego rebautizado como Europa. Aquí, pues, se escribieron las primeras 2 líneas de la historia de las relaciones de la familia Rainieri con la hotelería y el turismo dominicano. Un pasado no tan lejano que explica mis sentimientos con esta comunidad.

Para celebrar los 110 años de la llegada de mis abuelos, en el 2008 la familia Rainieri–Kuret obtuvo el permiso del Ayuntamiento para remozar la corta vía que se conoce como el Callejón de Doña Blanca. Para nosotros, representó un sencillo homenaje a su legado de trabajo y visión social, y una forma de mantener vivo el vínculo que une a la familia Rainieri con Puerto Plata.

Por eso, cuando la regional de la Cámara Americana de Comercio me solicitó compartir mis experiencias sobre la relación entre medioambiente y turismo, no dudé en aceptar. Para mí es un tema apasionante y de gran actualidad por el impacto de los fenómenos climáticos de los últimos meses, en que una parte importante del litoral marino de nuestro país, ha sido afectado por la agresividad de las olas y las inundaciones provocadas por las lluvias.

Este comportamiento de la naturaleza impacta todas las actividades turísticas, y ya algunos críticos han planteado que las huellas negativas en algunos puntos de la costa, son el resultado de los daños a los ecosistemas, provocados por un mal uso de estos recursos 3 naturales en el desarrollo de actividades económicas, turísticas y asentamientos humanos irregulares.

Algunas de estas conclusiones podrían considerarse exageradas, pero creo que aun siendo así, deberíamos tomarlas como una invitación a la reflexión sobre una cuestión crucial para la sostenibilidad del desarrollo turístico, especialmente en este momento en que los dirigentes puertoplateños están comprometidos en un loable esfuerzo por la recuperación del dinamismo de su industria turística.

Puerto Plata tiene la ventaja de ofrecer al turismo una ciudad con una historia de siglos como puerto marítimo, con una larga tradición de vínculos con el mundo exterior, expuesta a las influencias que llegaron de regiones más desarrolladas, que enriquecieron su quehacer y su bagaje cultural.

Otras regiones del país no tienen esos encantos que configuran una joya que debe ser pulida al máximo porque enriquecen su oferta turística, aunque tenemos que reconocer que estos atributos añadidos no cambian las características fundamentales de la oferta de Puerto Plata y la Costa Norte, como un producto turístico caribeño basado principalmente en sol, playa.

La oferta turística europea, por ejemplo, se caracteriza por la riqueza de su milenaria cultura, sus ciudades históricas, monumentos, mercados, viñedos, riqueza gastronómica, etc.

A diferencia de Europa, cuando se piensa en el Caribe como destino vacacional, se evoca la imagen de un mundo idílico de sol, playas, cocoteros, aventura, calor, color, música y alegría… un mundo divertido, con ecosistemas siempre verdes y una naturaleza acogedora y atractiva, pero simple, porque su disfrute está en la naturaleza misma. Aunque al autodefinirnos no se incluya la palabra medioambiente, la realidad es que lo que nos diferencia de otros grandes destinos turísticos es precisamente nuestra oferta basada en sol y playa, que son atributos medioambientales. Además de que el tema medioambiental ya ocupa a todas las naciones del mundo.

Algunos pueden creer que no se pueden controlar los excesos de la lluvia, ni la fuerza de las olas. Pero sí podemos mitigar sus efectos haciendo un uso racional y una intervención correcta de esos recursos naturales que sustentan nuestra principal actividad económica que es el turismo. Se ha comprobado científicamente que es imprescindible la protección de los bosques, manglares y los arrecifes de coral, porque 5 protegen las zonas costeras de oleajes, absorben el efecto de las inundaciones y reducen el impacto de vientos fuertes.

Este es el tema de esta charla que he titulado: “El Desarrollo turístico nos exige responsabilidad ambiental, empresarial y comunitaria”. Responsabilidad ambiental empresarial, porque se refiere a la forma en que manejamos la relación de nuestros proyectos de inversión con el medioambiente; responsabilidad ambiental comunitaria, porque debemos reflexionar sobre el rol de las organizaciones sociales en el cuidado de los recursos naturales, y el papel de cada miembro de la comunidad en la preservación de los ecosistemas; incluyendo aquellos que por una razón u otra, asumen posiciones en las entidades públicas; y esto abarca también a quienes son parte del sistema de justicia.

Muchas veces, al pensar en la reciente involución de la industria turística en Puerto Plata, he concluido que se han identificado con acierto las causas sociales y el déficit en la responsabilidad estatal, pero sigue pendiente el análisis de los errores y las irresponsabilidades ambientales.

Todos somos testigos del muy común uso irresponsable de los 60 metros de playa; la eliminación de las dunas y extracción de arena; los graves daños a los manglares costeros; la eliminación parcial o total de 6 las barreras coralinas; el relleno de humedales y lagunas; la extracción de materiales de construcción en los ríos. También, el manejo descuidado de los desechos sólidos; y el irrespeto al ordenamiento territorial, que procuran mantener el equilibrio entre desarrollo y preservación medioambiental.

Son acciones ilegales que cuentan con aprobación de las entidades estatales, pero que ocurren por iniciativa de los desarrolladores turísticos o inmobiliarios. Todos, empresarios, organizaciones, comunidades, o simplemente los pobres “padres de familia” somos responsables cuando no alzamos la voz para defender estos recursos vitales para nuestro desarrollo y para garantizar el futuro a las generaciones que nos sucederán.

Hace cuatro décadas no actuábamos motivados por la preocupación que tenemos hoy por el impacto del desarrollo en el medioambiente, ni existía una cultura para el uso racional y la preservación de los recursos naturales. Pero hace ya más de dos décadas que con la aprobación de la ley que creó el Ministerio de Medioambiente y Recursos Naturales, debimos haber superado esa etapa de ignorancia ambiental y llegar a la madurez en la formalidad institucional.

La pregunta que muchos aún se hacen es, si hablar de desarrollo turístico sustentable es una práctica posible que ofrece ventajas a la sociedad y a los inversionistas. O si por el contrario, estamos ante una propuesta idealista producto de la fértil creatividad teórica de organismos internacionales y militantes ambientalistas, más interesados en proteger especies vegetales y animales, que en promover el desarrollo del ser humano y crear empleos aprovechando el potencial multiplicador de la industria turística.

Permítanme disipar estas dudas compartiendo con ustedes un poco de la experiencia que mejor conozco: La del Grupo Puntacana, que aplicando los principios de la sustentabilidad, con el paso de los años, ha logrado reducir costos operativos y ganar reconocimiento local e internacional, y sus prácticas medioambientales se consideran un modelo exitoso en la industria turística del Caribe. Y lo más importante, estamos trabajando para la preservación de nuestra mayor riqueza: Nuestras costas y nuestras playas, base de nuestra industria. La aprobación internacional lograda con nuestras políticas de sustentabilidad ambiental, difícilmente se hubiera alcanzado con millonarias campañas de publicidad y relaciones públicas.

Cuando iniciamos el desarrollo de Punta Cana en los años 70, no se hablaba de sostenibilidad. Nuestra preocupación era avanzar 8 superando la escasez de recursos, por lo que nuestro interés en ese momento era cómo reducir los costos.

Cuando diseñamos el aeropuerto a inicios de los años 80, buscando bajos costos, decidimos usar en la edificación de la terminal, la madera y las piedras que resultaron del desmonte y el movimiento de tierra necesarios para construir la pista. La madera se utilizó en la estructura; la cana (que en ese entonces era económica) en los techos, y las piedras, en las paredes.

Como no existía suministro de electricidad, hicimos un diseño abierto para aprovechar la iluminación solar, y el viento para no usar acondicionadores de aire. Como era una zona de suelo rocoso y escasa lluvia, decidimos conservar el verde original existente para ahorrarnos el costo de crear jardines.

Así, por necesidad, abrimos en 1983 un aeropuerto desarrollado con un reducido impacto en los ecosistemas, con materiales reciclados, usando los recursos ambientales y con la incorporación de los actores locales. Sin saberlo, buscando reducir costos, aplicamos los principios del desarrollo sustentable que desconocíamos.

Nuestra primera inversión importante en desarrollo de infraestructura fue este aeropuerto, y con él aprendimos una gran lección sobre las ventajas del desarrollo sustentable. El éxito nos  estimuló a seguir con ese enfoque por los próximos 30 años. Hace cuatro años, por razones de mercado, fue necesario construir una terminal cerrada con aire acondicionado, y para ofrecerles una idea de la diferencia entre un modelo y otro, en los años 1990 – 2014, ahorramos millones de dólares en el consumo de energía eléctrica. Esa reducción de costos hizo más competitivo el aeropuerto y el destino Punta Cana, y apuntaló el crecimiento de las llegadas de turistas que benefició al país, a nuestra región y a la empresa.

Las lecciones aprendidas en el aeropuerto nos motivaron para lanzarnos a otros proyectos. En 1999 iniciamos el proceso de reciclaje de aguas residuales y desde el 2017 reciclamos la totalidad de las aguas servidas del complejo, a razón de 2.9 millones de galones diarios, que se usan en el riego de los campos de golf, jardines y áreas verdes; las aguas se filtran de nuevo limpias al acuífero que compartimos. Además, sembramos en nuestros campos de golf grama especial resistente a la salinidad de las vecinas aguas del mar.

Con esto, hemos ahorrado casi un millón de dólares anuales al Grupo Puntacana en los últimos 5 años. En adición, hace más atractivo nuestros campos de golf en mercados en los que se toman en cuenta las prácticas amigables con el medio ambiente, para escoger un producto o destino turístico.

Hace una década iniciamos un programa para reciclar la basura y reducir a cero la que se llevaba al vertedero, en lo que gastábamos más de 200 mil dólares anuales. Hoy tenemos un sistema integral de desechos sólidos que en 2017 desvió hacia usos productivos, el 60% de todos los desechos que producimos, incluyendo el Aeropuerto Internacional Punta Cana. El año pasado, vendimos 2,683 toneladas de material reciclado; entre ellos papel y cartón, plásticos, aluminio, metales, vidrio y aceite vegetal. Ahorramos cientos de miles de dólares anuales en costos de manejo de basura, y tenemos ingresos por la venta de esos materiales. Más importante que estos resultados, es que hemos promovido una cultura de reciclaje en nuestra región que ha incorporado docenas de hoteles a esta práctica. Para nosotros como empresa, la basura dejó de ser un problema, y ahora es un negocio que produce beneficios.

También los residuos orgánicos los convertimos en abono que usamos en las propiedades del grupo. Desde el 2013, se han producido 226 toneladas de abono orgánico. Todos los años incorporamos nuevas técnicas y metodologías para el aprovechamiento de los desechos orgánicos como abono y nuestro objetivo en el futuro cercano es poder suplir todo el abono que requieren nuestros campos de golf.

En 2011 iniciamos un proyecto para producir energía con biomasa de los desechos vegetales que resultaban de la poda de las áreas verdes. En la lavandería industrial del Grupo Puntacana instalamos una caldera para producir vapor con biomasa, que sustituyó una que gastaba 975 galones diarios de Fuel Oil. Gastábamos 3 mil dólares diarios en combustible. Con la biomasa disminuimos las emisiones de carbono y ahorramos recursos que hacen más competitivos al Grupo Puntacana y al país. El año pasado, ahorramos un millón dólares por este concepto.

Durante años, he escuchado la justificada queja del sector turístico de Puerto Plata por el basurero junto a la carretera, a poquísimos kilómetros del centro de la ciudad, que ofrece un feísimo espectáculo a nuestros visitantes; sobre todo a quienes desembarcan en el nuevo puerto de cruceros. El sector turístico, además de pedir enérgicamente el traslado del basurero a otro lugar, podría plantearse iniciar un programa de reciclaje que pudiera servir para reducir el volumen del material que va al vertedero, y a la vez engrosar los fondos de sus asociaciones. Con esta acción motivaría al Ayuntamiento, a otros sectores y a la comunidad, a asumir estas prácticas. Estamos conscientes de que para ello se necesitará realizar inversiones, pero 12 podemos asegurarles que al cabo de cierto tiempo, sus inversiones se recuperarán y producirán beneficios y otros ingresos.

En 1994 Grupo Puntacana creó la Fundación Grupo Puntacana, y años más tarde, en el 2001, el Centro de Sustentabilidad. Con el apoyo de prestigiosas universidades de Estados Unidos como Cornell, Harvard, Roger Williams y la Universidad de Miami, ha desarrollado programas de estudio de plantas medicinales; realizó el inventario entomológico más completo del país, y con la Fundación Peregrino inició la reproducción del gavilán de la Hispaniola que estaba en extinción. En este momento, estamos experimentando con la reproducción del pez loro, el caballito y la estrella de mar. Desde el 2003, mantenemos un proyecto de agricultura sostenible que vende sus productos orgánicos a los restaurantes del Grupo Puntacana y otros establecimientos y residentes de la zona. Estas acciones de desarrollo sostenible han incrementado el prestigio de nuestro grupo empresarial, y generado apoyo internacional y local.

Uno de los proyectos de sustentabilidad más innovadores, es la restauración y siembra de corales para cuidar, mitigar el daño e incrementar los arrecifes de coral y especies protegidas. El Grupo Puntacana inició este proyecto en nuestra zona en el 2012, obteniendo más adelante apoyo internacional; y expandiendo el mismo a otras 13 zonas del país y a Haití, donde hemos creado viveros de coral. En la actualidad, estamos aplicando nuevas técnicas, incorporando nuevas especies marinas, y proyectamos su expansión en el Caribe. Asimismo, el programa de entrenamiento en pesca ecológicamente responsable, iniciado con los pescadores de la zona de Punta Cana, se ha expandido a varios puntos del país, incluyendo Punta Rusia en la costa norte.

 

La Fundación Grupo Puntacana junto a instituciones internacionales y locales, promovió la aprobación de un código de conducta ambiental para la zona marino-costera de Puntacana y Cap Cana, y acaba de firmar con el Ministerio de Medioambiente, una expansión del acuerdo de co-manejo de la barrera de arrecife de coral que se extiende desde Cabeza de Toro en Punta Cana, hasta las proximidades del litoral de La Romana. Este nuevo acuerdo, incluye a las principales empresas y organizaciones turísticas de las provincias La Altagracia y La Romana.

Mi intención al compartir con ustedes nuestra experiencia en Grupo Puntacana, es de dar fé de que aplicar los principios de sustentabilidad no es una quimera. Son actividades que pueden convertirse en herramientas empresariales productivas. Conscientes de que nuestro mayor recurso y diferenciador es el sol y la playa, hemos apostado a su preservación con inversiones que han convertido 14 potenciales problemas ambientales en oportunidades. Esa es la principal lección aprendida y el mensaje que hoy traemos a los empresarios y a la comunidad turística de la Costa Norte.

La agenda ambiental es un tema crucial sin el cual no tendremos futuro, y es tan importante que nuestras organizaciones no deben dejarla solo en manos del Estado. Las prácticas de sostenibilidad ambiental cada vez ganan más espacio en nuestros principales mercados en América del Norte y Europa; por lo tanto, hoy son un atributo muy bien valorado, y un factor clave en la atracción de turistas y de recursos del exterior para apoyar proyectos innovadores.

Aprovecho la oportunidad que ustedes me ofrecen con esta charla, para sugerir a las organizaciones turísticas empresariales y sociales de Puerto Plata, el lanzamiento de un sólido programa ambiental.

Un esfuerzo colectivo en este sentido tendría un costo asequible para todos los actores y podría generar apoyo externo y recursos. Sin este componente, el esfuerzo que ustedes realizan para dinamizar el sector turístico de Puerto Plata, sería incompleto. La agenda ambiental es vital y constituye la gran diferencia entre el ayer en que se abrió Playa Dorada y se inauguró el aeropuerto internacional, el hoy, y el mañana.

La sociedad internacional ha evolucionado, está mucho mejor informada y más del 50% de los turistas internacionales prefieren el turismo de naturaleza o de descanso. En el caso de la Republica Dominicana, según una encuesta realizada por Gallup, el 84% de los turistas que nos visitan, prefieren hoteles integrados a la naturaleza, identificados con el Caribe y no con las altas torres de ciudades. No podemos “inventar” como se dice popularmente. Tenemos que preservar los entornos turísticos, mantener nuestros recursos naturales y nuestras diferenciaciones con otros destinos y promover y preservar nuestra identidad. El mundo ha cambiado.

Las sociedades han cambiado. Y nosotros, en la República Dominicana, no podemos vivir de espaldas a este cambio. Los empresarios estamos llamados a ser entes de cambio y promotores de un mejor futuro, no sólo productores económicos. No podemos sentarnos a esperar que el Estado haga lo que nuestros entornos necesitan, tenemos que hacer alianzas público privadas que sean la base del desarrollo de nuestras regiones. Ya en Punta Cana tenemos una alianza público-privada mediante la cual los hoteleros iniciaremos en breve, el desarrollo del acueducto regional necesario para asegurar el futuro del destino. La cuestión ambiental es un punto 16 crucial en la agenda turística mundial, en la dominicana, y lo es también para Puerto Plata.

Siempre he dicho que Puerto Plata tiene los recursos para retomar el éxito que logró en la década final del siglo pasado, que le permitió llegar en el año 2000 a los 750 mil turistas. Sólo hace falta que los empresarios y la comunidad, interpreten y asuman de manera inteligente los retos de hoy y se empoderen de su futuro.

Muchas gracias.

Source: El caribe[:en]Frank Rainieri presidente del Grupo Puntacana durante su ponencia

Puerto Plata, April 19

 

Entrepreneur and tourism magnate Frank R. Rainieri called on the Dominican corporate leaders to preserve the environment in favor of the ecosystem of “the Atlantic bride” to reduce the impact of the landfill of the Puerto Plata highway.

Rainieri, president of the Puntacana Group, served as guest speaker at the business lunch held at the Gran Ventana hotel in Puerto Plata hosted by the northern regional branch of the American Chamber of Commerce in the Dominican Republic (AMCHAMDR), together with the Destination Puerto Plata Tourism Cluster, in a paper entitled “Puerto Plata: towards sustainable tourism”.

“In addition to vigorously requesting the transfer of the dump to another place, the tourism sector could consider starting a recycling program that could serve to reduce the volume of material that goes to the landfill,” said the former president of AMCHAMDR, adding that ” our biggest resource and differentiator is the sun and the beach,” referring to the potential for tourism available in localities on the north coast that are harmed by the buildup of waste that is directly contaminating the province.

On another note, Alain Astacio, AMCHAMDR´s institutional relations and communications manager, addressed the audience expressing satisfaction with the restructuring of the institution two years ago, which now has greater national scope and a more unified and represented membership. Such is the case with Puerto Plata province, which belongs to the northern regional division, and is seen as one of the country´s strategic poles in relation to tourism, according to Román Medina, director of the AMCHAMDR provincial committee in Puerto Plata.

The lunch was attended by representatives from the provincial and national public and private sectors.

About the American Chamber of Commerce in the Dominican Republic (AMCHAMDR)

The American Chamber of Commerce in the Dominican Republic (AMCHAMDR) is a non-profit association, legally incorporated on November 8, 1923, which promotes a healthy investment climate based on access to knowledge, opportunities and a culture of best practices for the socio-economic and professional development of its members. AMCHAMDR is affiliated with the U.S. Chamber of Commerce and is a founding member of the Association of American Chambers of Commerce in Latin America (AACCLA).

AMCHAMDR works an agenda designed to connect and represent its partners on new trends in the world of business, markets and indicators both nationally and internationally. Its catalog of services is designed to add value to its members, offering concrete solutions and identifying business and professional growth opportunities.

SPEECH AT AMERICAN CHAMBER OF COMMERCE LUNCH IN PUERTO PLATA TOURISM DEVELOPMENT DEMANDS ENVIRONMENTAL, CORPORATE AND COMMUNITY RESPONSIBILITY FROM US

Thursday 19 April, 2018

Messrs.

David Fernández, President of the American Chamber of Commerce and other members of the Board of Directors

Members of the Puerto Plata Provincial AMCHAMDR Committee

Roberto Casoni, President of Puerto Plata Tourism Cluster

Iván Rivera, Governor of Puerto Plata

José Ignacio Paliza, Senator for Puerto Plata

Walter Musa, Mayor of Puerto Plata

Dignitaries and friends

Good afternoon.

I accepted this invitation to exchange ideas and thoughts with Puerto Plata´s tourism leaders with great pleasure.

For family reasons, my ties to this city have deep roots that include an emotional component.

My grandparents, Isidoro Rainieri and Bianca Franceschini, from Italy came to Puerto Plata in 1898; 120 years ago, and they founded the first hotel in the city called Hotel Comercial, later renamed Europa. So, this is where the first lines in the history of the Ranieri family´s relationship with the hotel industry and Dominican tourism. A not too distant past that explains my feelings towards this community.

To celebrate the 110th anniversary of the arrival of my grandparents, in 2008 the Rainieri-Kuret family got permission from the City Council’s to renovate the short road that is known as Doá Blanca´s Road (Callejón de Doña Blanca). For us, it meant a simple tribute to her legacy of work and social vision, and a way of keeping the bond that unites the Rainieri family with Puerto Plata alive.

So, when the regional chamber of the American Chamber of Commerce asked me to share my experiences on the relationship between environment and tourism, I didn´t hesitate to accept.  It´s an exciting topic for me, and very topical, due to the impact of climatic phenomena in recent months, where a significant part of our country´s coastline has been affected by the aggressiveness of the waves and the floods caused by the rains.

Nature behaving this way impacts all tourist activities and some critics have already said that the negative traces in certain points along the coastline are the result of damage to ecosystems caused by the misuse of natural resources while carrying out economic activities, tourism and unregulated human settlements.

Some of these conclusions could be considered overboard, but I think that even so, we should see them as an invitation to reflect on a crucial issue for the sustainability of tourism development, especially at this time when the Puerto Plata leaders are engaged in a laudable effort to recover the dynamism of its tourism industry.

Puerto Plata has the advantage of offering tourism a city with centuries of history as a seaport, with a long tradition of links with the outside world, exposed to the influences that came from more developed regions, which enriched its pursuits and its cultural baggage.

Although we have to admit that these added attributes don´t change the fundamental characteristics of what Puerto Plata and the North Coast have to offer as a Caribbean tourist product based mainly on sun and sand, other regions in the country lack the charms of a jewel that must be polished to the maximum because they enrich its tourist offer.

The European tourist offer, for example, is characterized by the richness of its millenary culture, its historic cities, monuments, markets, vineyards, gastronomic wealth, etc.

Unlike Europe, when you think of the Caribbean as a holiday destination you imagine an idyllic world of sun, beaches, coconut trees, adventure, warmth, color, music and joy … a fun world, with evergreen ecosystems and a cozy attractive yet simple nature, because the enjoyment is in nature itself.

Although when self-defining ourselves we don´t include the word environment, the reality is that what sets us apart from other major tourist destinations is precisely our offer based on sun and beach, which are environmental attributes. Besides the fact that the environmental is an issue on the minds of all the nations throughout the world.

Some may believe that the excesses of the rain or the force of the waves cannot be controlled. But we can mitigate their effects by rationally using and properly tapping the natural resources that support our main economic activity, tourism. It has been scientifically proven that protecting forests, mangroves and coral reefs is essential, because they protect the coastal areas from swells, absorb the effect of floods and reduce the impact of strong winds.

This is the topic of this talk that I have entitled: “Tourism development demands environmental, corporate and community responsibility”. Corporate environmental responsibility, because it refers to the way we handle the relationship of our investment projects with the environment; community environmental responsibility, because we must reflect on the role of social organizations in the care of natural resources, and the role of each member of the community in the preservation of ecosystems; including those who, for one reason or another, assume positions in public entities; and this also includes those who are part of the justice system.

Often, when thinking about the recent recession in the tourist industry in Puerto Plata, I came to the conclusion that the social causes and the lack of state responsibility have been correctly identified, but an analysis of the errors and environmental irresponsibility are still pending.

We are all witnesses to the very common irresponsible use of the 60 meters of beach; the elimination of sand dunes and sand extraction; the serious damage to the coastal mangroves; the partial or total elimination of coral reefs; the filling of wetlands and lagoons; the extraction of construction materials from rivers. As well as the careless handling of solid waste; and ignoring zoning which is aimed at keeping the balance between development and environmental preservation.

These are illegal actions that have the approval of state entities, but that occur at the initiative of tourism or real estate developers. Everyone, entrepreneurs, organizations, communities, or simply the “man on the street” are responsible when we do not raise our voice to defend these resources vital for our development and to guarantee the future of the generations to come.

Four decades ago we did not act out of the concern we feel today about the impact of development on the environment, nor was there a culture for the rational use and preservation of natural resources. But more than two decades ago, when the law that created the Ministry of Environment and Natural Resources came into effect, we should have overcome this stage of environmental ignorance and reached maturity in institutional formality.

The question that many people still ask is whether talking about sustainable tourism development is a possible practice that offers advantages to society and investors. Or if, on the contrary, we are faced with an idealist proposal product of the fertile theoretical creativity of international organizations and environmental activists, more interested in protecting plant and animal species, than in promoting human development and creating jobs by availing of the multiplier potential of the tourist industry.

Allow me to dispel these doubts by sharing some of the experience I know best with you: The Puntacana Group, which over the years, by applying the principles of sustainability has managed to reduce operating costs and gain local and international recognition, and its Environmental practices are considered a successful model in the Caribbean tourism industry. And most importantly, we are working for the preservation of our greatest wealth: Our coasts and our beaches, the base of our industry. Millions spent in publicity and public relations campaigns could hardly have garnered the international approval we enjoy with our environmental sustainability policies.

When we started developing Punta Cana in the 70s, there was no talk of sustainability. Our concern was to move forward by overcoming the scarcity of resources, so our interest at that time was focused on how to reduce costs.

When we designed the airport at the beginning of the 80s, trying to keep the costs down, we decided to use the wood and stones that came from clearing and moving the soil necessary to build the runway in the construction of the terminal. The wood was used in the structure; the Sabal palm leaves (that was cheap at that time) for the ceilings, and the stones in the walls.

As there was no electricity supply, we did an open design to avail of natural sun light and the wind to avoid using air conditioners. As the area had rocky soil and little rain, we decided to preserve the existing original greenery to save us the cost of creating gardens.

So, out of necessity, in 1983 we opened an airport that was built with a reduced impact on ecosystems, with recycled materials, using environmental resources and incorporating local actors. In an effort to reduce costs, without realizing it, we applied the principles of sustainable development that we were unaware of.

Our first big investment in infrastructure development was this airport, and with it we learned a great lesson about the advantages of sustainable development. Success encouraged us to continue with this approach for the next 30 years. Four years ago, for market reasons, it was necessary to build a closed terminal with air conditioning, and to give you an idea of the difference between one model and another, in the years 1990 – 2014, we saved millions of dollars in electricity consumption. This reduction in costs made the Punta Cana airport and destination more competitive, and it boosted the growth of tourist arrivals that benefited the country, our region and the company.

The lessons learned at the airport motivated us to launch other projects. In 1999, we started recycling wastewater and since 2017 we recycle all the wastewater in the complex, at a rate of 2.9 million gallons per day, which are used to irrigate the golf courses, gardens and green areas; the waters are filtered again and go back clean into the groundwater we share. In addition, we sow our golf courses with special grass resistant to the salinity of the neighboring sea waters.

This way, we have saved the Puntacana Group almost one million dollars a year in the last 5 years. In addition, it makes our golf courses more attractive in markets where environmentally friendly practices are taken into account when choosing a product or tourist destination.

A decade ago we started a program to recycle garbage and reduce what was taken to landfill to zero, in which we spent more than 200 thousand dollars a year. Today, we have an integral solid waste system that diverted 60% of all the waste we produce, including the Punta Cana International Airport, to productive uses in 2017. Last year, we sold 2,683 tons of recycled material; including paper and cardboard, plastics, aluminum, metals, glass and vegetable oil. We save hundreds of thousands of dollars annually in waste management costs, and we get revenue from the sale of these materials. More importantly, we have fostered a culture of recycling in our region that has incorporated dozens of hotels to this practice. For us as a company, garbage stopped being a problem, and is now a business that produces profits.

We also convert organic waste into fertilizer that we use in the group´s properties. 226 tons of organic fertilizer has been produced since 2013. Every year we incorporate new techniques and methodologies to use organic waste as fertilizer and our goal in the near future is to supply all the fertilizer required by our golf courses.

In 2011, we started a project to produce biomass energy from the plant waste that resulted from pruning the green areas. In the Puntacana Group industrial laundry we installed a boiler to produce steam from biomass, which replaced one that spent 975 gallons of Fuel Oil per day. We spent $ 3,000 a day on fuel. With biomass we reduce carbon emissions and save resources that make Puntacana Group and the country more competitive. Last year, we saved a million dollars on this alone.

For years, I have heard justified complaints from the tourist sector of Puerto Plata about the garbage dump next to the road, a few kilometers from the city center, which is an ugly sight for our visitors to behold; especially those disembarking at the new cruise port. The tourist sector, in addition to vigorously requesting the transfer of the dump to another place, could consider starting a recycling program that could serve to reduce the volume of material that goes to the dump, and at the same time increase the funds of their associations. This action would motivate the City Council, other sectors and the community, to take up these practices. We are aware that it will require investments, but we can assure you that after a certain time, your recover your investments and start seeing the profits and other income.

In 1994, the Puntacana Group created the Puntacana Group Foundation, and years later, in 2001, the Sustainability Center. With the support of prestigious universities in the United States such as Cornell, Harvard, Roger Williams and the University of Miami, the center has developed study programs of medicinal plants; it has compiled the most complete entomological inventory of the country, and, together with the Peregrino Foundation, began breeding the Hispaniola sparrow hawk that was on the verge of extinction. Currently, we are experimenting with breeding parrotfish, the seahorse and starfish. Since 2003, we have run a sustainable agriculture project that sells its organic products to Puntacana Group restaurants and other establishments and residents in the area. These sustainable development actions have increased the prestige of our business group and generated international and local support.

One of the most innovative sustainability projects is the restoration and sowing of corals to care for, mitigate damage and increase coral reefs and protected species. The Puntacana Group started this project in our area in 2012, later obtaining international support; and expanding it to other areas in the country and to Haiti, where we have created coral nurseries. Currently, we are applying new techniques, incorporating new marine species, and we plan to expand in the Caribbean. Likewise, the ecologically responsible fishing training program, initiated with fishermen from the Punta Cana area, has expanded to several points in the country, including Punta Rusia on the north coast.

The Puntacana Group Foundation, together with international and local institutions, encouraged the approval of a code of environmental conduct for the marine-coastal area of Punta Cana and Cap Cana, and has just signed an extension of the co-management agreement with the Ministry of the Environment involving from the coral reef barrier that extends from Cabeza de Toro in Punta Cana to La Romana coastline. This new agreement includes the main companies and tourist organizations of La Altagracia and La Romana provinces.

My intention to share our experience in Group Puntacana with you is to attest the fact that applying the principles of sustainability is not a pipe dream. They are activities that can become productive business tools. Aware that our greatest resource and differentiator is the sun and the beach, we have opted to preserve it with investments that have turned potential environmental problems into opportunities. That is the main lesson learned and the message we bring today to entrepreneurs and the tourist community of the North Coast.

The environmental agenda is a crucial issue without which we have no future, and it is so important that our organizations should not leave it in the hands of the State alone. Environmental sustainability practices increasingly gain more space in our main markets in North America and Europe; therefore, today they are a highly valued attributes, and a key factor in attracting tourists and foreign resources to support innovative projects.

I take this opportunity to suggest to the social and tourism business organizations of Puerto Plata to launch a solid environmental program. A collective effort in this sense would have an affordable cost for all the actors and could generate external support and resources.

The efforts you make to boost the tourist sector of Puerto Plata would be incomplete without this component. The environmental agenda is vital and constitutes the great difference between yesterday when Playa Dorada and the international airport were opened, today, and tomorrow.

International society has evolved, it is much better informed and more than 50% of international tourists prefer nature relaxation tourism. In the case of the Dominican Republic, according to a Gallup survey, 84% of tourists who visit us prefer hotels integrated into nature, identified with the Caribbean and not with the tall city towers. As they say, we can´t “make it up”. We have to preserve tourist environments, maintain our natural resources and the characteristics that differentiate us from other destinations and promote and preserve our identity.

The world has changed. Societies have changed. And we, in the Dominican Republic, cannot ignore this change. Entrepreneurs are called to be agents of change and promoters of a better future, not just economic producers. We cannot sit and wait for the State to see to environmental needs, we have to make public-private partnerships that are the basis for the development of our regions. Already, in Punta Cana we have a public-private partnership where hoteliers will soon begin developing the regional aqueduct necessary to ensure the future of the destination. The environmental issue is a crucial point on the world tourism agenda, on the Dominican one, as well as for Puerto Plata.

I have always said that Puerto Plata has the resources to win back the success it achieved in the final decade of the last century, with 750,000 tourists in 2000. It only takes entrepreneurs and the community to interpret and intelligently take on today’s challenges and empower themselves in their future.

Thank you very much.

 

Source: El caribe

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